Logran moldear nanopartículas de oro para que se comporten como clones.
Moldear la forma de partículas de oro nanométricas para mejorar sus
propiedades en biomedicina y fotónica es posible gracias a un sistema de
láseres especiales. Así lo demuestra el estudio que investigadores de
la Universidad Complutense de Madrid, CIC biomaGUNE y la
Universidad Politécnica de Madrid publican esta semana en
la revista Science.
La investigación representa un récord de calidad óptica en el que
miles de millones de nanopartículas de oro se comportan como si fueran
una sola, además de abrir una nueva vía para manipular y mejorar
nanomateriales, utilizando láseres a modo de cinceles en manos de un
escultor.
“Mediante la utilización de láseres ultrarrápidos, muy intensos, pero
de muy corta duración –mil billones de flashes en un segundo–, se puede
decir que hemos obtenido el récord mundial de calidad óptica, hasta
poder conseguir que todas las partículas moldeadas se comporten como
clones nanométricos”, explica el investigador Andrés Guerrero Martínez.
El estudio proporciona las claves físicas y químicas que es necesario
entender y controlar para obtener nanomateriales que se puedan
considerar 'perfectos' desde un punto de vista de sus propiedades
ópticas.
“Hemos intentado durante los últimos quince años obtener
nanopartículas idénticas, de forma que todas presenten el mismo color,
para que sus aplicaciones sean más eficientes. En este trabajo nos hemos
focalizado en el uso de 'nanopalitos' de oro, donde mínimas variaciones
de su longitud o anchura provocan cambios notables en el color de la
luz que absorben”, señala Luis Liz Marzán, director científico de CIC
biomaGUNE e investigador del programa Ikerbasque.
Las aplicaciones de las nanopartículas se basan en su capacidad para
absorber y reflejar luz de un color específico y de una forma
sorprendentemente eficiente. Estos efectos, llamados plasmónicos,
generan propiedades ópticas que no se pueden obtener con metales de
dimensiones mucho mayores, incluso de milímetros.
Estas propiedades pueden aprovecharse para un gran número de
aplicaciones útiles que en muchos casos no eran posibles hasta ahora. En
medicina, puede usarse la luz reflejada por estas partículas para
diagnosticar enfermedades. Aunque también se puede aprovechar la
absorción de luz para provocar la liberación de calor, por ejemplo, para
el tratamiento de tumores de forma localizada y minimizando los
habituales efectos secundarios en los tratamientos actuales.
“Las partículas plasmónicas también han encontrado aplicaciones en
áreas como las tecnologías de la información, la producción de energía o
el control de contaminación ambiental, entre otras”, apunta Guillermo
González Rubio de la UCM, coautor del estudio.
Otra de las novedades de este trabajo es la aplicación de los láseres
ultrarrápidos para la modulación de la geometría de las partículas y el
perfeccionamiento de sus propiedades.
Asimismo, para entender la naturaleza química y física del proceso de
moldeado, se han utilizado técnicas habituales de caracterización
(espectroscopía y microscopía electrónica), así como nuevos modelos
teóricos y técnicas avanzadas de simulación por ordenador.
A pesar de todos los esfuerzos realizados, hasta ahora no había sido
posible fabricar nanopartículas de oro que se comportaran exactamente de
la misma manera. “La demostración de este objetivo y la explicación de
los procesos que lo permiten, representan un cambio de mentalidad que
puede abrir nuevas vías al desarrollo de nanomateriales con propiedades y
aplicaciones mejoradas”, concluye Ovidio Peña Rodríguez, investigador
de la UPM que también ha participado en el trabajo.
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